viernes, 22 de abril de 2011

EN VELA

Érase una vez un muchacho que estaba totalmente invadido por una vida trepidante, llevaba una vida sin parar, con un montón de cosas que hacer, muchas preocupaciones, todo tenía un orden, no tenía tiempo ni para ponerse a pensar. Hasta que un día, harto de todo, decidió emprender un viaje, un viaje que le llevó a un nuevo desafío, un desierto en el cual no veía nada, ni el final del mismo. Tan sólo veía a sus pies un camino, un camino que en principio no llevaba a ninguna parte o que no veía que tuviese final.

En ese camino le fueron sucediendo muchas cosas, en principio tras mucho tiempo andando fue notando como sus pies se cansaban de caminar, no encontraba el ritmo y se cansaba cada vez más, no le motivaba seguir un camino que no llevaba a ninguna parte, y eso mentalmente le destrozaba, se dejaba vencer por el desaliento. Por lo que se tomó un respiro para descansar, empezó a llenar su cabeza de cosas que le motivaban, y encontró una razón para seguir caminando, con un poco de cojera pero con ritmo constante, sacó fuerzas de entereza y pudo seguir andando un poco más.

Tras muchos días caminando empezaba a notar sed, tenía necesidad de beber, hizo una parada en el camino, justo donde había un oasis, un oasis donde comer y beber, en ese oasis se dedicó a beber y beber, pero resultó que esa agua no le saciaba, cuando se miró las manos vio que era arena, lo que había visto era un espejismo, nada era lo que parecía, cosas que aparentan ser una cosa para luego finalmente es otra, intentó entender qué había pasado pero no lo consiguió, tan sólo pudo seguir el camino confundido.

En su camino por el desierto no había más que buitres sobrevolando, intentando obstaculizar su camino, y expectantes por intentar comérselo, en principio tan sólo miraban de lejos, miraban los movimientos que iba haciendo el muchacho en el camino, pero cada vez que notaban cierta debilidad en el muchacho iban a darle picotazos en la cabeza, intentando hacer que dejase el camino y se rindiese. En la cabeza del muchacho no dejaban de sonar picotazos, y tan sólo querían hacerle daño, pero el muchacho continuó el camino y finalmente le dejaron, aunque seguían sobrevolando por el cielo, puesto que el muchacho podía ver las sombras sobre el camino que pisaba.

Tras un largo camino lleno de obstáculos y de historias que contar, finalmente el muchacho, vislumbró al final del camino una ciudad llamada Felicidad, se alegró tanto que empezó a correr, de tal manera que siguiendo el camino se encontró con un precipicio que no se podía cruzar. El muchacho observó que el camino continuaba al otro extremo del precipicio, pero que no podría alcanzar el otro extremo, estaba atascado y no podía continuar.

Él quería llegar a Felicidad pero no encontraba el camino y no estaba dispuesto a intentar saltar hacia el otro lado, porque lo veía muy complicado, por no decir imposible, todo lo veía negro y estaba muy cansado del camino. No estaba dispuesto a saltar, hasta que finalmente una persona desconocida le cogió de la mano dulcemente y vio que iba directo al precipicio. Él asustado se negaba puesto que iba a precipitarse al vacío, cuando se quiso dar cuenta ya había saltado al vacío, se imaginó cayendo, y posteriormente muriendo, al darse cuenta que no caía, el muchacho abrió los ojos y se encontró con la sorpresa de que no estaba cayendo, había un camino que su propio cansancio no le dejaba ver, el muchacho prácticamente había muerto simbólicamente, tenía que precipitarse al vacío para encontrar el camino hacia la felicidad, un camino que no era capaz de ver.

lunes, 11 de abril de 2011

PLÁTICA Vs. PRÁCTICA


"No por mucho conversar, amanece más bonito", "Por la boca muere el pez", "Dime lo que dices y te diré lo que haces", "Plática Vs. Práctica", se puede llamar de muchas formas y hay muchos refranes que atestiguan este tipo de cosas...

Hablamos mucho, hablamos de lo buenos que somos, de lo maravilloso de todo lo que hacemos, que somos los mejores en esto, los mejores en lo otro, que
tratamos muy bien a las personas, que somos muy generosos, simpáticos y que somos sinceros, que nunca tenemos fallos, de lo que nunca haríamos en la situación de otro, que somos honestos y sobre todo consecuentes.


Hacemos poco, criticamos a la gente, decimos que somos los mejores para creérnoslo y no perder el autoestima, no dejamos libertad a las personas, no compartimos nada, cuando tenemos un mal día lo pagamos con el primero que tengamos al lado, hablamos por las espaldas, tenemos fallos y ni los reconocemos y buscamos un culpable para redimirnos, damos consejos que nos convienen a nosotros, manipulamos a la gente para nuestro interés.. puto interés, no nos miramos a nosotros mismos, no en el espejo que es fácil, sino por dentro que es más jodido y mucho menos actuamos a consecuencia de lo que decimos.

Yo creo desde mi humilde opinión que nadie es perfecto, que no todo el mundo lo hace todo bien y que la vida es un aprendizaje permanente... ¿Entonces por qué vamos vendiendo una "perfección" que no predicamos? La gente tiene que ver sólo con tu presencia que eres diferente, que no eres el típico que va diciendo las cosas y que luego finalmente eres realmente tan sólo un dibujo difuminado de lo que dices que eres.

Yo tampoco tengo un don de palabra excepcional y tampoco sé que decir en cada momento, pero lo que sí aseguro es que cada cosa que digo no está perfectamente estudiada, ni sale de un libro de Saramago (para eso están las entradas del facebook), ni intenta buscar los cuatro pies al gato para llevar la razón, sino que sale de mí de la persona que se ve, con esto no quiero decir que sea mejor que todo el mundo ni nada, ni que padezca soberbia transitoria, tan sólo que soy una persona normal, con fallos, con un aprendizaje diario en la vida, que a veces anda difuminado pero que ha cogido un lápiz de carboncillo HB para poder marcar los bordes más gruesos, dejarlos reposar, para luego pasar la mano propia o que otra gente pase y que ese carboncillo se haya secado y no se difumine.

¿Mi consejo? Haz lo que seas, y no digas lo que eres. Las palabras se las lleva el viento, como eres está ahí siempre.

Un abraaaaaaaaaaaaazo a todos/as!

jueves, 7 de abril de 2011

O.G.T


Era un tipo tan duro que nació sin raja del culo... ¿y cómo se la hicieron?.. ¡Con un cutter..! Así de vulgar empiezo la entrada de hoy, porque voy a hablar de un tema que es el foco de los debates en mi entorno y que últimamente es una de mis preocupaciones más importantes.

Voy a hablar de lo necesaria que es la raja del culo, si, "la raja del culo", no he encontrado manera más suave de denominar a esa parte tan importante del cuerpo, y es de esas cosas con las que nacemos, o con las que estamos día a día y no somos conscientes de lo necesarias que son y de la cantidad de cosas que no podríamos hacer sin ellas.

Yo soy de la opinión de que sin raja del culo no nos podríamos poner en cuclillas, no podríamos correr, no podríamos estirar los isquiotibiales, no podríamos tirarnos ventosidades quedándose en una combustión interna nada positiva para el cuerpo humano, no podríamos soltar los desperdicios, habría que buscar otra abertura.. en fin qué asco... ya basta...

El motivo fundamental de esta pequeña entrada humorística es que ya no valoramos esas pequeñas cosas que nos hacen felices día a día sin darnos cuenta, o que nos hacen tener simplemente una vida mejor... No valoramos el tener 2 brazos, 2 piernas, familia, gente que me quiere, gente que no me quiere..., creo que todo y digo todo, tanto positivo como negativo, hacen que nuestra vida sea completa y que inconscientemente o consciente-mente nos hacen un poquito más feliz.

Lo único que nos pasa es que nos dedicamos a verlo todo muy negro, o todo muy blanco, la vida consiste en encontrar ese equilibrio grisáceo que hace que disfrutemos tanto de lo bueno como de lo malo, como viene siendo algo tan burdo como la raja del culo. Por lo que os recomiendo sonreír, ser felices, no pensar mal, disfrutar de todo lo que se hace ya sea rutinario o excepcional, os digo que la vida será mucho más feliz. Pensad en que la vida no tiene que pasar por ti sin que la vivas.

Me parto el culo con la entrada...

Un abraaaaaaaaazo!