jueves, 30 de agosto de 2012

RED BULL TE DA ATLAS

Flexión y reflexión, flexión y reflexión, flexión y reflexión, así todos los días. Normal que nuestro cerebro luego tenga más músculos que nada, de tanta reflexión, tanta preocupación y tanto darle vueltas al tarro, hace más ejercicio que nosotros corriendo 10 kilómetros.

Muchas veces pensamos tanto en todo que ni nos preocupamos de vivir lo que estamos haciendo en ese momento. Incluso a veces pensamos tantas veces en cómo "tenemos" que ser, si bueno o malo, en cada situación que no somos nosotros mismos, sino que sin querer aparentamos ser algo que no somos realmente. Pensamos incluso en como tienen que ser las cosas de mañana, de ayer, y de hoy, y no os confundáis, pensar en como tienen que ser las cosas del hoy, no es vivir el presente.

Nos esmeramos tanto en ser perfectos a nuestra vista sobre el resto que no nos empleamos a fondo en fluir, en ser como somos, sin miramientos, sin mejoras, ser yo y que todo el mundo me quiera, sin preocupaciones, sin exigencias, ni del resto ni a uno mismo. Creo que maduramos sin darnos cuenta, no a la fuerza, muchos pueden decir que han reflexionado en muchas cosas y que se ven maduros y luego a la hora de la verdad no salirle de uno mismo las cosas, eso pasa concentrarse más en lo que no quieren ser que en lo que quieren ser.

Hay un equilibrio y este se consigue poniéndose a andar sobre la cuerda, sin ensayos, sin manuales de instrucciones. esas instrucciones para salvar el odio eternamente, para no ser un apestado, para que la gente me reconozca, para que todo el mundo crea que soy buena persona, cuando a la que me distraigo, vuelvo a ser el mismo ser que he sido durante tanto tiempo, eso no es madurar, eso es ocultar la verdad, y eso hace una presión sobre nuestro cerebro que no nos hace nada bien, como si estuviésemos sosteniendo todo el día el globo terráqueo como hace el famoso Atlas.


Seamos realistas, esto no es fácil de conseguir, pase lo que pase siempre nos va a importar más lo que piensen otros a lo que somos realmente, nos afecta que nos digan las cosas, por muchas reflexiones y por mucho que te conozcas realmente, si no te aceptas y te quieres por como eres, poco vas a avanzar. Sé que es repetirme pero es una máxima clara en cada uno de nuestros fundamentos vitales. Seamos realistas, es mucho más fácil caer en lo cotidiano en lo que todo el mundo quiere oír. No caigáis, no decaigáis.

Por tanto, dejaros de reflexiones y de tonterías como esta que he escrito y dedicaros a vivir, sin límites, sin tapujos, a veces perdemos demasiado tiempo y saliva en intentar aparentar algo que no somos. Tan sólo vive, y citando al gran Walt Whitman como en otras ocasiones "No dejes que la vida pase por ti sin que la vivas"