viernes, 29 de junio de 2012

COLIRIO DE GRANDEZA

Erase una vez unos reyes que se dedicaron a gobernar una tierra inhóspita cerca del mundo de Oz que todos      anhelaban. Esos reyes eran malvados y calculadores, no tenían amigos y gobernaban por el miedo que infundían al resto, por esa razón consiguieron una serie de pequeños consejeros/as que ayudaban en sus labores. Alguno de esos consejeros/as consiguieron la amistad y favores de los reyes, que una vez derrocados, dejaron el poder sobre los mismos.


El rey le comentó a sus sucesores: "Aquí tenéis el colirio de grandeza, si os lo pasáis por los ojos, podréis verlo todo mucho más claro" espetó el rey con mucho desprecio y brusquedad.Los consejeros le agradecieron el detalle al rey, pero ya pensaban que lo veían todo muy claro y tenían grandes ideas que hacer en el reino. 






Al principio todo fue bien, algunos baches en el camino, pero leves, todo iba sobre ruedas, recordaban su pasado como consejeros y se ponían en el lugar de los pobres. Un día, apareció un bache importante, no sabía como salir de ese atolladero. Buscando en los cajones algún caso parecido para poder encontrar un ejemplo en el que fijarse, encontraron el colirio de grandeza que los antiguos reyes le facilitaron, las palabras de los reyes resonaban en sus cabezas y recordaron que con eso se vería todo más claro. 


¡Justo lo que necesitaba!, grito la consejera que ahora era reina. Se aplicó el colirio de grandeza sobre los ojos, y no notó diferencia en principio, tan sólo que no veía más allá de la gente que estaba a su altura y tampoco escuchaba lo que le decían la gente que estaba más abajo, sus sirvientes, bufones, etc..., de tal manera que lo veía todo más claro porque solo tenía que cubrir un tipo de necesidades.


Toda la gente que había estado con ella anteriormente aconsejando a los antiguos reyes, que ahora tenían cargos más discretos que ella, habían sido borrados de su mente, de tal manera que sólo tenía un objetivo posible que era agradar a los dioses que todo lo observaban. Ese colirio le hizo olvidar todo lo importante, le hizo ser otra persona, pero ella no se daba cuenta, sólo quería seguir enalteciendo a esos dioses que la acompañaban en el camino. Por eso era el colirio de grandeza, porque sólo querías más y más a costa del resto de personas. 


Una vez terminado el efecto del colirio, un sentimiento de culpa recorría su cuerpo, no la dejaba descansar y tuvo que irse a otro país. Finalmente entendió la dificultad de ser reina y las responsabilidades que conlleva que no son más que tratar a todo el mundo como se merece que se traten, como mínimo, como personas.