jueves, 29 de marzo de 2012

¿POR QUÉ LO LLAMAN MIEDO CUÁNDO QUIEREN DECIR MI EGO?

¿Por qué lo llaman miedo cuándo quieren decir mi ego? Puede parecer un juego de palabras pero realmente el ego es aquello que no nos deja actuar como somos nosotros mismos o como uno piensa y a veces se confunde con el miedo.


"El que no vive como piensa, acaba pensando como vive"... ¿Cuántos somos esclavos de esa frase? ¿Cuántos somos esclavos del pensamiento? ¿Cuántos somos esclavos de lo que queremos ser y no somos? ¿Cuántos somos esclavos de nuestro egoísmo? Sí, porque la mayoría decimos que no somos egoístas pero siempre acabamos haciendo caso de nuestro ego. Porque egoísta no es tan sólo quererlo todo para ti, sino que significa caer en tu ego, en una apariencia que quieres dar y que no es lo que tu eres.




Siempre miramos por lo que nos viene bien a nosotros y no miramos más allá, no pensamos en algo más grande, en el todo. Cuando tenemos que luchar por algo que nos parece que es lo mejor para todo el mundo y que es un ideal que debe de perdurar en todos los días de nuestra vida, muchas veces ya hemos perdido la batalla antes de comenzar a blandir la espada, la mayoría pensamos que no se conseguirá nada con la lucha, miramos para otro lado sin importarnos que pueda suceder, cuando realmente no nos están dejando ser como realmente somos y no estamos haciendo lo que queremos, creemos y pensamos que es lo mejor para todos.


Nuestro ego contamina una vez más cada uno de los momentos de nuestra vida. Primero de todo, porque no hace falta estar en una situación determinada en un bando u otro, tan sólo basta con pensar en el bien general antes que pensar en uno mismo y en lo que nos convenga dependiendo de nuestras necesidades. ¿Qué son nuestras necesidades? ¿Son realmente necesarias? Como en otra entrada de esta sarta de locuras, por favor, separad lo esencial de lo importante y todo será mucho más fácil.


Con pequeños pasos como no pensar en uno mismo, ser solidario por la gente que lo necesita y ser sensible ante las injusticias, mirar en cada uno lo que nos hace hacer caso a nuestro ego en lugar de a nosotros mismos. Con esos pequeños pasos ya se está haciendo un cambio y ese cambio ya ha merecido la pena la lucha y sí... sí que se consigue algo, para los que sólo piensan en el resultado. Y para los que no creen tan sólo en el resultado, creed en el cambio mientras lo estáis viviendo ¿Podéis ver como finalmente se puede vivir como se piensa?

jueves, 22 de marzo de 2012

¡¡¡PAAARCHÍS!!... ¡Jesús!

De oca a oca y tiro porque me toca. Me como una ficha y cuento 20 y si llego a casa me cuento otras diez. Conecta cuatro del mismo color y finalmente serás feliz. El alfil se mueve en diagonal, el caballo emulando el salto del caballo y ¿la reina? La reina siempre manda y se mueve como quiere.


A veces la vida se me asemeja a un gran tablero de juego, cada mañana que te levantas tiras los dados y te mueves, vas de nuevo a vivir el día. Unas veces esos dados te llevan a una casilla buena o a una mala. El juego como es de prever tiene unas reglas estúpidas que seguir, que son las costumbres y rutinas diarias, el "estar dentro de lo normal" o de "lo que se espera de ti". Estas reglas estúpidas te dicen que lo mejor es ser más poderoso (Cuantos más hoteles tengas en el Monopoly mejor), que lo mejor es pisar al resto (comerte una ficha y contar veinte), que lo que tienes que hacer es evolucionar (de oca a oca y tiro porque me toca) y no preocuparte por otras cosas.




Lo malo de que todo el mundo juegue en el mismo tablero es que tienen sus estrategias para poder sobrevivir y poder ganar la partida. Está claro que cada uno juega sus cartas y a veces se tira faroles para poder engañarte y poder llevarse el gato al agua y en ocasiones lo único que tratan es de hacerte ver que no puedes ganar  la partida de tal forma que finalmente consiguen que desconfíes de ti mismo. A nadie le importa lo que suceda con tus fichas y se alegran de que tras treinta intentonas a la hora de tirar los dados, no hayas conseguido la cifra correcta para poder avanzar en el juego.


Hay que tener claro que todos los que juegan contigo tienen el mismo objetivo en común. La clave está en cambiar tus prioridades y por tanto cambiar el objetivo de esta manera fomentará mucho más tu felicidad y será todo mucho mejor en el futuro. Muchos no lo entenderán, creerán que el objetivo es como dicen las reglas del juego y que no te puedes salir de ellas.


Con este texto lo único a expresar es que todos vivimos en un tablero gigante y cada uno tiene que jugar su partida, tan simple como eso. No sirve de nada cabrearse porque te han comido una ficha y se han contado 20 a tu costa, no importa que uno vaya delante tuya porque haya caído en una casilla oportuna y le haya adelantado unas cuantas más. Dedícate a jugar tu partida y a disfrutar del juego que sólo vas a pasar por cada casilla una vez... pero...¡ojo! no caigas en la de la cárcel.


Como dijo un sabio... Sobre todo nada es tan importante para perturbar lo que eres y a donde vas.